miércoles, 4 de mayo de 2011

La contra parte...


Si bien la delfinoterapia contribuye a mejorar el estado anímico de cualquier persona por la diversión que representa y la extrema nobleza e inteligencia de estos animales que hacen que el estar cerca de ellos sea una experiencia sumamente placentera, no existe evidencia científica que avale que la delfinoterapia pueda curar a las personas con alguna discapacidad física o mental.

Los partidarios de la delfinoterapia explican que las ondas ultrasónicas que emiten los delfines generan endorfinas y otras sustancias que ayudan a mejorar la conexión entre las neuronas y contribuyen a mejorar el funcionamiento de ambos hemisferios cerebrales.


Los cambios neuroquímicos que se generan se traducen en diversos beneficios físicos, emocionales e intelectuales tales como activación del sistema inmunológico, mejoría en la coordinación motora, en el estado de ánimo, el contacto social, y en el lenguaje.

Sin embargo, dos investigadores de la Universidad de Emory, Lori Marino, titular del Programa de Biología del Comportamiento y Scott Lilienfeld, profesor del Departamento de Psicología de esta institución, realizaron una amplia revisión de la literatura disponible acerca de la utilidad de la terapia con delfines para el tratamiento de distintos padecimientos del sistema nervioso central y trastornos neurológicos y psiquiátricos. Después de ocho años de investigación y la revisión de cinco estudios enfocados a demostrar los beneficios de la delfinoterapia, concluyeron que esta terapia, que tiene un alto costo económico, no contribuye a curar o mejorar sustancialmente a largo plazo el estado del paciente. Sólo representa un momento de diversión y en todo caso puede ayudar a mejorar el todo muscular, cuando implica que el individuo haga ejercicio al nadar con estos animales.

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